La salida de la gran ronda ciclista supone una oportunidad para vender los atractivos turísticos del territorio
Trabajo realizado por los alumnos del Master de Periodismo Multimedia de El Correo y la UPV/EHU
La hostelería de la capital vizcaína aguarda con ansias la llegada del Tour de Francia, ya que significa un importante aumento de la actividad económica. Además, los aficionados están muy ilusionados ante esta cita, que no solo será beneficiosa para la imagen y el reclamo turístico, sino que devolverá al ciclismo de alguna manera a sus años dorados, aquellos en los que Miguel Induráin ganó cinco veces esta carrera.
Desde el punto de vista del desarrollo económico, la previsión apunta a que generará una gran fuente de ingresos, debido al elevado número de personas que atrae. Aunque por el momento es muy difícil establecer la cuantía exacta de ese impacto, la hostelería será uno de los sectores más beneficiados. Según una estimación municipal realizada hace unos meses, la carrera podría dejar hasta 108 millones en Euskadi, con Bizkaia como máxima beneficiaria. El gerente de la asociación de hostelería de Bizkaia, Héctor Sánchez, afirma que “para esos días los hoteles de la ciudad tienen una ocupación importante, con lo cual eso repercute de manera directa en la hostelería”.
Sánchez también aclara que no es cierto que se haya dado una subida de precios abusiva, ya que los paquetes de habitaciones se reservaron con mucha antelación. “Muchas veces cuando se dice que los precios son más elevados en internet, es así, pero porque tan solo quedan 1 o 2 habitaciones disponibles.”
El Tour genera también oportunidades laborales. “Se trata de un trabajo específico y temporal, aunque dura más de lo que comúnmente se cree. No se limita únicamente a la celebración del evento en sí mismo, sino que también incluye los preparativos y post actividades, y muchas de estas personas son invitadas a trabajar en otras actividades”, explica Roberto San Salvador, profesor y exdirector del instituto del estudio del ocio de la Universidad de Deusto.
A su vez, puede tener un efecto positivo en la exposición del ciclismo como deporte. Esto puede inspirar a las personas que les guste practicarlo o incorporar nuevos aficionados. “En la época de Miguel Indurain y de Marino Lejarreta, el número de usuarios de bicicletas, licencias federativas o clubes aumentó notablemente”, asegura San Salvador, en referencia a una disciplina que aquí siempre se ha seguido con pasión.
Promocionar el uso de la bicicleta como medio de transporte, aparte de usarla como actividad recreativa, deportiva o para ir a la escuela y al trabajo, es además una opción beneficiosa para la salud y el medio ambiente.
Un evento así es favorable también desde el punto de vista de la identidad y ayuda a dar valor al patrimonio arquitectónico y natural e incluso ayuda a descubrir lugares que los propios vascos hace tiempo que no visitan o que desconocen. “Considero que esto contribuye a la promoción de la historia y la cultura local”, afirma el profesor de Deusto. En realidad, se trata de una promoción de doble dirección. Francia aprovechará la ocasión también para mostrar sus encantos. “El 28 de junio, nuestra embajada tendrá un espacio de promoción del turismo (Atout France) en el paseo del Arenal”, explica Yann Batterfort, cónsul general y director del Instituto Francés de Bilbao.
La meteorología será una incógnita hasta el último momento, y sin duda jugará un importante papel en el desarrollo del evento. El mal tiempo podría influir en la proyección de los paisajes tanto urbanos como naturales y rurales de Euskadi. Según San Salvador, “sería una pena que lloviera, ya que, un día despejado, de cielo azul, con nuestro verde y nuestra costa, es de lo más impresionante que una persona puede ver a través de un medio de comunicación”. Pero también cree que un día de lluvia o ventisca podría reforzar la imagen clásica de la Euskadi verde.
Etapa inaugural