Pablo Ariza:
Se hace saber, queridos lectores, que este lunes 23, nace ‘Relatos en tiempos de pandemia’. Ya está dado el mensaje, ahora toca disfrutar línea a línea. Ahora sí, tenemos una web de la que estamos bastante orgullosos. ¡Qué contento estaba Luis con nuestro primer podcast! Lo importantes que son las alegrías en estos tiempos tan extraños. Por lo de la pandemia que tenemos, digo. Estoy expectante. Siempre emociona ver cómo algo creado con amigos sale a la luz. Esta noche me voy a dormir con una cifra. El 2% del PIB mundial. Es el porcentaje que el escritor Noah Harari, autor de ‘Sapiens’, cree que hay que invertir en tecnologías e infraestructuras para prevenir un cambio climático catastrófico. ¿Nos hará el COVID-19 entrar en razón? El tiempo apremia. Tic, tac.
Karen Pinto:
Leo el diario del Máster y me doy cuenta de que cada día aumentan más las líneas. Esta ‘ocurrencia’ de César se ha convertido en una de las actividades más esperadas de nuestra cuarentena. Parece que presentía lo duro y largo que iba a ser el confinamiento y el domingo 15 de marzo a las 11.03 se adelantaba a los hechos con esta milagrosa propuesta. Como esto continúe así y aumentemos las palabras todos los días, no sé cuántas páginas más va a tener de publicar Egoitz. Y tampoco sé si en algún momento César nos dirá que debemos poner un límite de extensión a los textos. Pero, al final, vamos a tener que hacer un libro que puede titularse, no sé, algo así como ‘Las Voces de EL CORREO’. Es broma, solo lo digo porque aún no puedo creer que hace pocas semanas todos comentábamos en clase sobre el libro de una catástrofe que marcó la historia y ahora estemos viviendo otra.
Cirilo Dávila:
El domingo suele ser en mi casa día de lectura de los diarios que llegan acompañados de suplementos. Siempre encuentras regalos para los sentidos. Hemos prescindido del soporte papel y nos hemos mudado al digital.
Una decisión que no solo obedece a lo que estáis pensando, confinamiento, sino también a una preocupación que va pareja a las sanitarias. La audiencia de los medios es ahora máxima, pero los ingresos por publicidad han caído en picado. Si la situación ya estaba delicada ahora toca a rebato. Llueve sobre mojado en un escenario donde la precariedad laboral va pareja a la pérdida de clientes y donde el kiosko empieza a parecer una pincelada costumbrista en la acuarela urbana.
En pleno proceso de cambio del modelo de negocio se ha cruzado esta crisis. En Prisa la publicidad digital ya supera a la analógica y en el Grupo Vocento alcanza el 41% del total. En este oficio dedicamos la mayor parte de la vida laboral a ser la caja de resonancia de problemas ajenos y siempre nos olvidamos de los propios. Tenemos hasta mala prensa en muchos sectores, pero todos, sin excepción, nos cortejan cuando de lo que se trata es hablar de lo suyo. Desde vender un libro hasta gobernar un país.
Por eso decidimos en casa hacernos suscriptores y por eso propongo que apoyemos a los medios no por corporativismo, sino por ser un servicio público de interés general. El confinamiento nos ha hurtado muchas cosas, pero ¿os imagináis que no salgan periódicos, la radio calle y aparezca la carta de ajuste en la tele? Para evitarlo y puestos a imaginar, soñemos con un efecto mariposa en el que partiendo de adhesiones individuales amplifiquemos el alcance de nuestros propósitos. Los medios, hoy por hoy, son también el cabo de nuestra esperanza. No lo olvidemos ¿Por qué tiene que ser un sueño?
Berta Pontes:
Valladolid. Seguimos en casa y hoy, Sánchez ha dicho que se alarga el estado de alarma quince días más, lo que todos esperábamos. A nadie nos gusta esta situación pero prefiero tomármelo con humor y es que en la Plaza Zorrilla se están empezando a ver los primeros pavos reales campando a sus anchas. Las imágenes llegan vía Whats App y parecen de película; de una de esas en las que pasan cosas difíciles de creer.
¡Ah! Sí, en Valladolid hay un campo muy grande en el centro que se llama el Campo Grande y donde hay pavos reales. De toda la vida. Los vallisoletanos los consideramos un monumento más de la ciudad y es precioso ver cómo abren su plumaje en la época del cortejo. Rara vez se les ve fuera del C.G. y ahora han salido porque no hay nadie en la ciudad que les haga sentirse amenazados. Y digo nadie porque su principal amenaza somos nosotros, los humanos. ¿Puede ser que la naturaleza se esté volviendo a apropiar de lo que un día le arrebatamos con ladrillos y hormigón? Lo iremos viendo.
Sigo aprovechando el paseo de diez minutos que me da Ónix para tomar el aire y escuchar el canto de los pájaros. Ojalá vivir más cerca del C.G. para ver a los pavos, pero no tengo muy claro cómo reaccionaría Ónix al toparse con uno. Pensándolo bien y aunque no me guste creerlo, no tendría buen final para el pavo real.
Gorka Seco:
Bueno, pues ya llegó la confirmación de que la cuarentena se va a alargar, como mínimo, quince días más. Era algo que ya se suponía, un secreto a voces. Uno se plantea muchas cuestiones sobre el futuro. Ahora estamos en casa y esto no son unas vacaciones, ni unos días de ocio. ¿Qué ocurrirá con el curso? ¿Con las prácticas? ¿Qué será de la temporada de los niños a los que entreno? ¿Y con la de mi equipo? Sí, sé que a día de hoy debemos pensar en superar el problema sanitario, y a partir de ahí se comenzarán a tomar decisiones. Pero creo que es difícil de evitar comenzar a pensar en qué pasará con todo lo que antes era parte de nuestra vida, y ahora no lo es tanto por la cuarentena.
Ana Gil:
El Gobierno ha anunciado hoy quince días más de estado de alarma. Todos lo esperábamos. Las UCIs están al borde del colapso. Varios expertos advierten de que o tomamos medidas más estrictas o el sistema sanitario se saturará. Tenemos hasta el 25 de marzo. La verdad es que veo todo muy negro, pero en todo este túnel aparecen pequeños destellos. Qué maravilloso es twitter. Sí, soy una fiel defensora de esta red social. Anónimos ofreciendo sus impresora 3D para crear viseras EPI. También me llegan buenas noticias desde Sangüesa. Mi pueblo, en Navarra. Varias empresas de la zona han donado tejidos para confeccionar mascarillas. Los talleres y asociaciones del pueblo ya se han puesto manos a la obra. Qué orgullo. Ver cómo la parte más humana sale a flote para que el barco no se hunda. La importancia de la comunidad. Al final, solo el pueblo salva al pueblo.
Pablo Sáenz:
Hoy ha cundido el pánico en casa. ¡Se ha acabado el vino! (Uso la primera persona del plural por respeto a mi persona. Cuesta mucho reconocer que he dado yo solo con todas las reservas habidas y por haber). Para colmo, hoy es domingo y Sánchez ya no sabe ni qué decir en las ruedas de prensa. Tocará beber agua en la cena. ¡Qué vergüenza! A mí no me educaron para beber de vaso en la cena. Menos mal que nadie me ve. El líder socialista, en cambio, no tiene escapatoria. Todo el mundo le ve. Todos somos testigos de su cobardía al evitar dar el pronóstico de las cifras que se esperan y de su sensiblería como solución a un discurso sin ideas. ¿Estará a la altura cuando todo esto vaya a peor? ¿Tendrá vino en casa? Para bien o para mal, lo necesitará.
Mañana, tras mi escapada matutina al kiosko, pienso volver con EL CORREO, ‘El País’ y ‘Le Monde Diplomatique’ bajo el brazo, además de unos cuantos crianza Ramón Bilbao y un par de reservas Marqués de Cáceres. La prensa en el desayuno y el vino en la cena me mantienen a flote. Además, con algo habrá que brindar cuando el COVID-19 ya no suponga una amenaza. Y hablando de celebraciones, mañana sale a la luz ‘Relatos en tiempos de pandemia’, el proyecto de mis compañeros de Máster, Pablo y Luis, en el cual Ana y yo colaboramos. La ocasión merecerá de una copa de más en la cena. Brindemos por ello. ¡Salud!
Franklyn Amaya:
Un día más de confinamiento. Siempre es difícil sobrellevar esta situación después de acostumbrarse a estar con una agenda apretada con las clases del Máster. Desde que se puso en marcha el confinamiento, este ha sido el primer día que he sentido que las horas pasaron rápido, pues las tareas del hogar me mantuvieron ocupado. Nunca antes me imaginé que barrer, trapear, lavar la ropa y limpiar los baños me iba a tener tan entretenido. Con esto no quiere decir que antes hacía el oficio de mala gana, pero esta vez terminaba una tarea y con el mismo entusiasmo quería seguir con la otra. En algún momento me sentí egoísta, ya que mis compañeras de piso se acercaron para brindarme su ayuda, pero les dije que yo me encargaba de todo.
Laura Tambo:
Me adentro entre los versos de Mónica Carillo y, como siempre, me acaba sorprendiendo. «Me acuerdo mucho de aquellos días de cuando la vida era otra cosa». No creo que haya una frase que me defina mejor en estos momentos. Sigo teniendo la sensación de que vivo en un mundo paralelo al de unas semanas. No me acabo de acostumbrar. ¡Es todo tan extraño! Sin embargo, estoy coleccionando un montón de momentos junto a mi familia. Y muchas coreografías, por supuesto. Hoy nos ha dado a Marta, mi hermana, y a mí por aprendernos los pasos de baile de ‘We all in this together’. Y tanto que estamos juntos en esto. Pero la elección de la canción ha sido casualidad, más allá del título. Es el broche final de la película ‘High School Musical’. Hemos crecido con ella y nos sabemos el repertorio de memoria, pero faltaban de perfilar los movimientos del estribillo. Y que mejor momento que ahora, con tres semanas de confinamiento más por delante. ¡Vamos a salir como bailarinas profesionales de esta, por lo menos!
Luis Ramírez:
No conozco la primavera. En el medio del planeta, de donde vengo, hay días en los que cae toda el agua del cielo y días en los que la piel se nos quiere caer debido al sol incandescente que nos traspasa el cuerpo, nada de medios términos. Ni siquiera tienen nombres que inspiren poesía como otoño, invierno… no, allá se llaman estación seca y estación lluviosa. En fin, que cuando supe que vendría a Europa me emocionó el poder vivir cuatro estaciones diferentes, experimentar cómo se sienten. No se burlen, los hijos del trópico desconocemos la nieve y tampoco hemos visto resucitar a los árboles que se despiden de sus hojas por un tiempo, entonces nos hace ilusión descubrir por qué tanto alboroto. Bueno, hace unos días escuché que la primavera por fin llegó, pero yo no la he sentido, no la he visto. Frente a mí no tengo un parque ni vegetación. Si me inclino un poco por la ventana puedo ver asomarse a un arbusto a la vuelta de la calle, lo veo igual, ningún cambio. Será que romanticé mucho este momento. Al menos me conformo con ver las flores en el balcón de la vecina del frente, rojísimas, que, por cierto, aprendí días atrás que es un color muy latino.
Iván Benito:
Hubo otro momento en Burgos donde escaseó el papel higiénico, pero por motivos muy distintos a los actuales. El Burgos Club de Fútbol se enfrentaba al Ourense por una plaza en Segunda División y su afición le recibió con 65.000 rollos de papel. Una imagen iconónica de la, hasta ahora, última gran tarde del fútbol burgalés. Allí cuentan que estuvo un chaval de 4 años, al que, ni un sol de justicia ni una espantosa gorra corporativa le impidieron mostrar el brillo de sus ojos ante lo que acontecía. En plena invasión de campo, ajeno a la celebración, él disfrutaba jugando con esos rollos de papel que habían quedado en el césped. Casi 19 años más tarde, ese chaval ha podido verse en televisión y ponerle imágenes a la historia que tanto le gustaba escuchar.
PD. Si alguien tiene contacto con Gaizka Garitano, por curiosidad, que le pregunte cuánto dinero le prometió el presidente del Ceuta. El actual entrenador del Athletic jugaba con los gallegos.
Irene Echazarreta:
Logroño. Hoy hemos conocido algo que todos esperábamos saber tarde o temprano: la prórroga de quince días (como mínimo) del estado de alarma por el coronavirus. Una noticia que, seguramente, a nadie le ha pillado por sorpresa, pues las cifras de contagiados y fallecidos hablan por sí solas.
El problema es que no aprendemos. Todavía hay personas que siguen saliendo a la calle. Ya sé que no está bien generalizar, pero incluso sé de conocidos y amigos que hacen menos compra de la necesaria para poder salir más veces a la semana, un comportamiento que me parece de lo más irresponsable. Sobre todo, cuando está muriendo muchísima gente que no se lo merece.
Y es que, por muchos vídeos que hayamos visto de hospitales y sanitarios desbordados, se sigue cometiendo el error de infravalorar el problema y de poner en riesgo la salud del resto de personas, máxime cuando los médicos y enfermeros han difundido miles de vídeos pidiendo que por favor nos quedemos en casa. Ellos son los verdaderos héroes –no me olvido de los efectivos de la policía, bomberos, barrenderos, empleados de supermercados, etc.–. Se arriesgan y se dejan la piel para poder salvar la vida de aquellos que se han infectado, hasta el punto de que algunos se han contagiado y han muerto por ello. Por favor, seriedad. Solo si todos cooperamos podremos salir de esta terrible situación.
Mikel Huerta:
Santurtzi. Segundo domingo encerrados en casa. Primera semana completa aislados. Y lo que nos queda. Dos semanitas más confinados en los domicilios mínimo, ya ha dicho el Presi. Y eso que cuando César nos dijo que las clases quedaban suspendidas hasta el 27 de marzo, este mismo viernes, nos parecía una burrada. Y que digan que dos semanas pues pesa. Pesa porque aunque quieras intentar asimilar las cosas con naturalidad no puedes, pesa porque la persona que más falta te hace en estos momentos la tienes lejos, pesa porque nadie te da una certeza de cuando será la próxima vez que veas a esa persona, pesa porque las cosas van para largo…
En definitiva tan solo llevamos un tercio de lo esperado y la situación cada vez se complica más. Por suerte, la salud acompaña. Ningún rastro de Covid19 hasta el momento en mi cuerpo ni en el de los familiares. Pero el número de contagiados en Santurtzi ha subido de 15 a 23 en un día. Yo auguro, y espero equivocarme que aquí, en mi humilde aldea alcanzaremos el pico el fin de semana que viene. Es decir, la que viene va a ser una semana muy clave.
Por cierto, no sacamos la Gabarra ni en la Play. ‘Guru’ ha perdido en cuartos pero muy buen papel ha tenido. Además el torneo, que era lo importante, ha conseguido recaudar con creces lo esperado. Así que muy contento. ¡Mucho ánimo a todos, que de esto salimos!
Fernando González:
Otro día más de esta interminable espera para poder salir a la calle. El balcón cada día es más cotizado por los que vivimos en el piso. Continuamos con la segunda película de la saga, ‘El señor de los anillos. Las dos torres’. Película que desarrolla toda la parte importante de la historia y además nos regala épicas batallas.
En el piso nos preparamos para celebrar el cumpleaños de Amaia. Buscamos que sea divertido y lo más dinámico posible para que lo pase bien. Le sorprenderemos con bizcocho, tortilla de patatas y unas empanadas. Pasar tu cumpleaños así no debería de estar permitido.
En la lectura, he llegado a darme cuenta de que Johan Cruyff es un poco egocéntrico y que a su parecer lo que él hace está bien y siempre lleva la razón. Los problemas que tuvo en su carrera se pueden entender por su forma de ser.
Uyyy se me olvidaba. Hemos preparado un guiso que ha quedado espectacular. Carne de ternera con verduras y guisantes.
Nos escribimos mañana a ver qué tal sale el cumpleaños.
Oihane Irazu:
Bilbao. Día 7 de encierro. Hoy me he despertado casi a la hora de comer pero con la noticia de que seguiremos hasta el 11 de abril así. Nunca antes me ha afectado tanto una noticia. Hoy me ha fastidiado la gente positiva, me ha fastidiado la gente que se ha estado entreteniendo, me ha fastidiado TODO. No he entrado a Twitter, no he visto el ‘teleberri’, no he visto nada porque no me interesa nada de nada. Pero sobre todo, me ha fastidiado quien es feliz en su casa con su pareja y su mascota. Hoy, he silenciado a tres personas en Instagram que hacen ver cómo están pasando la cuarentena maravillosamente con sus parejas. ¿Es envidia? Sí. No me escondo. Hubiera preferido esta cuarentena en el piso de 18 metros cuadrados en el que vivimos durante tres meses Mikel y yo en Madrid. Y eso que con mis aitites estoy mejor imposible en casa, y menos mal. Pero eso, que hoy ha sido día de echar de menos. Y no me apetece escribir más.
Alba Rodríguez:
Deusto. El día ha sido parecido al de ayer. Me estoy dando cuenta de que lo que comentaba en mi pasada entrada sobre cómo las jornadas se mezclan es verdad y que comienzo a no poder distinguirlas. Todos los días vemos alguna película en casa, pero ayer nos vimos tres: ‘Escape Room’, ‘Snowpiercer’ y ‘La isla mínima’. Por la noche me ha costado volver a dormir, pero un corto directo que mi compañera Karen ha hecho por instagram me ha amenizado la noche en vela.
Por otra parte, leer este diario se ha convertido en una especie de rutina en casa. Incluso mi amiga Nora, ‘la de las paperas’, me confiesa que también forma parte de su día. Hablando de mis compañeras, Ana se ha ofendido hoy porque en el diario de ayer no comenté que nos hemos hecho una cuenta de Tik Tok y que uno de nuestros vídeos ha sobrepasado las mil reproducciones. Si salimos de esta convertidas en famosas ‘influencers’, pegadme, no vaya a ser que se me suba a la cabeza.
Paula Soroeta:
Es la vez que más veces estamos rellenando el jabón, que se ha convertido estos días en un indispensable para todos nosotros. Cada vez que comemos o tocamos algo vamos rápidamente a lavarnos las manos. La verdad es que no sé si me las lavo de manera correcta o no; solo sé que si no lo hago no me quedo tranquila.
Ayer escribía en este diario que quería hacerme un calendario pero que no sabía qué fecha marcar como fin de la cuarentena. Hoy Pedro Sánchez ha declarado que el confinamiento durará por lo menos hasta el 11 de abril. Así que me marcaré ese día. Sé que puede alargarse. Pero yo qué sé, prefiero pensar que tendré una semana de vacaciones para salir y disfrutar.
Javier Cuesta:
Hoy, 22 de marzo, mi madre ha cumplido 59 años. Ella pensaba pasar su cumpleaños en las Islas Canarias, tal y como tenía reservado desde hacía meses. Pero la vida ha decidido que no, que este año tocaba celebrarlo en familia, algo que desde hacía tiempo, debido a la maldita distancia, no habíamos podido hacer. Sin duda, este cumpleaños ha sido especial, además de un soplo de aire fresco para la, cada vez más repetitiva, rutina. A falta de regalos, como si de un chiste se tratara, se ha anunciado hoy la aplicación de quince días más de confinamiento. La noticia no ha dejado que los ánimos decayeran y hemos abierto una botella de vino para brindar por el simple hecho de estar juntos.
Pedro Ontoso:
Como hoy es domingo mis hijas nos proponen crear una coreografía o una perfomance para alegrarnos el día. Elisabeth, Mikel, Mario y Laia nos envían la suya. Ane y Borja, también Mucha música y mucho baile. Mi mujer, Ana, y yo no estamos en la vanguardia artística. Nos inclinamos por un cuento tradicional, el de Pinocho y Gepeto. Además, yo no necesito una peluca blanca. Nos lo curramos. Lo compartimos y nos reímos un rato. Era de lo que se trataba. Misión cumplida. Ni un segundo para el fatalismo. Y menos en situaciones estresantes.
Unos buenos amigos, de los de toda la vida, nos anuncian que la boda de su hijo está en el aire. Está prevista para el 25 de abril, pero se resisten a suspenderla. Ya me gustaría salir de esta coronahistoria con un gran fiestón en un caserío vasco donde se come de fábula. Mientras tanto, la fecha del enlace, el 25 de abril, me sirve para recordar la Revolución de los Claveles en Portugal, en aquel histórico día de 1974. Y busco una canción que me encanta, que sirvió de contraseña a los militares que se levantaron contra Salazar, difundida a primera hora de la mañana en una emisora católica (siempre la Iglesia). Grándola Vila Moreeena, terra de fraternidaaade … Preciosa.
Y viajo a Lisboa en una de mis últimas Nocheviejas, que me divertí de lo lindo con unos amigos lisboetas bebiendo hasta el amanecer y cantando fados, precisamente en un local bajo el puente 25 de abril. La pienso cantar en la boda, que se celebrará, aunque sea en otra fecha. Grándola Vila Moreeena …
César Coca:
Por supuesto, no me ha sorprendido la prolongación del confinamiento. Contaba con ello. Y cuento con alguna semana más. Y con que no se levantará de golpe sino poco a poco, de manera que es posible que no recuperemos la normalidad hasta el verano, o incluso más allá. Al menos eso es lo que pienso en los momentos en que caigo en el pesimismo. A última hora, las noticias de que en Italia parece haberse frenado el avance del virus y que en el País Vasco ha habido hoy más altas que fallecimientos me permiten irme a la cama algo mejor. Reflexiono un momento sobre el papel de los medios de comunicación en un momento como este. Son más necesarios que nunca y están haciendo su trabajo en las peores condiciones que se puedan imaginar. Y aún tengo que leer a listillos en Twitter que escriben cosas del estilo de «esto no lo verás en los medios». Qué paciencia.