Diario de cuarentena: Jueves 30 de abril de 2020

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Pablo Ariza:

‘El club de los jueves’ volvió a reunirse. La forma de surfear mi estado de ánimo va en función de las respuestas que obtenga de las fuentes para diferentes piezas en las que trabajo. Fue precioso ver cómo ‘Relatos en tiempos de pandemia’ generó el 10% del tráfico total de su corta historia con una publicación. ‘Al pan, pan: amasar con mascarilla’, un reportaje multimedia de mi amigo Samuel a su padre, el mítico Héctor, de Horno Teodoro. Qué manera de relatar lo cotidiano. Nuestras conversaciones últimamente suelen versar sobre el oscuro futuro que se nos presenta a los escribidores. Ansiedad es la palabra. Difícil combatirla cuando la realidad te abruma. Siempre hablamos de proyectos en común, pero él sabe de mi amor por el País Vasco y las ganas que tengo de vivir allí un tiempo. Fue un gusto terminar mi diario al mismo tiempo que Gorka. Parece que se ha enganchado a la escritura. Luis solo practica el voyerismo, sigo alucinando con que lo escriba a primera hora de la mañana.

Karen Pinto:

Hoy Facebook me ha recordado que hace tres años estuve en el museo más importante de Fernando Botero –pintor y escultor colombiano–, en Medellín. Imaginaos: el edificio está rodeado de un parque lleno de esculturas gigantes y de carnes generosas (los que conocen su obra me entenderán), con árboles y flores. Antes de entrar, es delicioso dar un paseo, como una exquisita introducción. Es una gigantesca casa colonial, de tres pisos, con múltiples habitaciones, detalles de madera y mármol, y jardines de ensueño; decorada con cientos de sus pinturas y esculturas. Uno de los museos más bellos que he visto en mi vida, sin duda… También he ido al Museo Botero de Bogotá, otra joya. Volveré seguro. Solo en dos ocasiones he visto las obras de este artista fuera de Colombia, pero ¡en qué ocasiones! Nunca las olvidaré. Una fue en el Victoria Harbour de Hong Kong. Y, la otra, en Miami, en pleno Brickell City Centre. ¡Uffff! Fue muy emocionante ver dos de sus esculturas en sitios tan emblemáticos. Por supuesto que debe de haber un sinnúmero de sus obras en varias partes del mundo, pero verlas me hizo ilusión, como una buena colombiana. Otro motivo más para desear con todas mis fuerzas que esto se acabe pronto: volver a viajar.

Cirilo Dávila:

La Ertzaintza estuvo a punto de cruzarse en el destino de Hitler. Hoy jueves, al cumplirse 75 años de la muerte del padre del nazismo, he vuelto a acordarme de ello. Lo siento. Toca hablar de mi libro.

Desde mayo a julio de 1945 se produjo uno de los capítulos más relevantes en la historia de la Ertzaintza. Algunas interpretaciones se han referido a estos hechos como el mayor intento militar del Gobierno vasco para derribar al régimen de Franco, aunque, según testimonios que fui recogiendo, la formación de estos hombres iba encaminada, en realidad, a la creación de un cuerpo estable de la Ertzaintza cuando las fuerzas aliadas desmontaran la dictadura española. Esa era la previsión, más bien la ilusión, de quienes perdieron la Guerra Civil.

El lehendakari Aguirre planteó negociaciones abiertas con la cancillería americana. Un secreto al que no le faltaron unas singulares notas de ambiente. En el suntuoso castillo de Rothschild se instaló un grupo de hombres que recibió un curso homologable al de los Rangers. Por entonces, la unidad de élite del ejército norteamericano.

Entre los seleccionados había bastantes oficiales veteranos de la Guerra Civil, como Primitivo Abad, Manuel Bueno y José Antonio Beleda.

Su primera misión pudo haber sido el asalto a las montañas de Rerchtesgaden, el famoso búnker campestre de Hitler, donde se sospechaba que se mantendría con sus incondicionales hasta el último momento. No fue necesario. La plana mayor del III Reich acabó en los sótanos de Berlín de la forma ya conocida. Poco antes de las cuatro de la tarde de aquel 30 de abril de 1945 el führer se suicidaba en su bunker privado con su propia pistola, la semiautomática Walther PPK 7.65, junto a su esposa, Eva Braun. Ella recurrió al cianuro.

El resto lo recojo en ‘Historia de la Policía Autónoma Vasca (1936-2006)’. Nunca está de más saber de dónde hemos venido para comprender dónde estamos.

Berta Pontes:

Valladolid. El taller de costura improvisado en la habitación de mi hermana sigue dando sus frutos. Tras un top y varias mascarillas hoy han llegado las diademas. Y no diademas normales, sino bandas para el pelo, como las que venden en las tiendas de ropa que todos conocemos. La primera ha costado, pero ya salen como churros. Todas las telas que tiene mi madre guardadas de cuando nos hacía vestidos de pequeñas están sirviendo ahora para hacerlas.

Hoy no he dejado que la desgana me invada y la he combatido con música y el taller de costura.

Gorka Seco:

Navegar en los recuerdos se está convirtiendo en algo casi cotidiano. Música, fotos, trabajos… Y tengo la sensación de que no soy al único que le atrae recordar momentos pasados durante esta cuarentena. No se si este fenómeno está ocurriendo por el ‘parón’ que hemos sufrido en nuestras vidas o, en cambio, si es porque disponemos de más tiempo libre. Creo que es una mezcla de ambas.

Las memorias son unos de los tesoros más valiosos del ser humano y puede que durante estos días la fábrica de recuerdos se haya puesto en ‘stand by’. Al no generar nuevas vivencias, siente la necesidad de conmemorar tiempos pasados, los cuales no tienen por qué haber sido mejores.

Ana Gil:

Tengo muchas ganas de salir y a la vez me da miedo. Y pereza. Sí, me muero de ganas por salir a correr este sábado, pero también me cuesta asimilar que volvamos a la ‘nueva normalidad’. No sé, retomar todo me agota mentalmente. No sé cómo explicarlo. Supongo que será cuestión de acostumbrarse. También tengo miedo a que la salida provoque un repunte. Espero que seamos responsables y que no pase. Quiero confiar en la gente. Al mismo tiempo, pienso que esta fase quizás sea más complicada que la de estar confinados. Tenemos que adaptar todas nuestras rutinas y convivir con el virus durante mucho tiempo. Dentro de dos meses me veo echando de menos el confinamiento. Ya saben, querer lo que no se tiene. Será la estupidez humana. De todas formas, ya estoy pensando en correr al lado de la ría mientras anochece. Creo que me voy a emocionar. Veremos cómo evoluciona todo este jaleo de franjas horarias, grupos y distancias. Preparen sus hojas de excel para cuadrar todas las medidas.

Pablo Sáenz:

¿Qué tendrá la noche que saca nuestra versión más reflexiva? Son las 3.00 horas. Ainara –mi compañera de piso– y yo hemos estado divagando largo y tendido sobre las costumbres que se están perdiendo en la sociedad con el paso de los años. Hoy en día ya nadie escribe cartas, envía postales, tiene un flechazo en una biblioteca, se enamora en un tren o inicia una conversación con esa persona que lee tu novela favorita en una cafetería. Whatsapp ha suplantado a las cartas con su mensajería instantánea y Tinder ha derrocado al amor con su colección de perfiles candidatos a tu completa disposición. Las redes sociales han cambiado la forma de relacionarnos los unos con los otros. Sí bien es cierto que han reducido distancias y nos seducen con su inmediatez, nunca hemos sido tan fríos y distantes en la calle como lo somos hoy. Ahora las historias de amor comienzan con un ‘match’ de Tinder o un ‘like’ en Instagram. Y esto –permitidme que lo diga– no es romántico. Es frívolo.

Esta profunda reflexión ha surgido tras ver la película ‘Eternal sunshine of the spotless mind’. Una de mis favoritas.

Franklyn Amaya:

Cada día que pasa aumenta el deseo de que llegue ese momento que se pueda salir a pasear o hacer un deporte, después de permanecer encerrado tanto tiempo. Nunca antes me hubiese imaginado que cosas tan cotidianas que podía realizar en cualquier momento que se me apeteciera, hoy en día me iban a causar tanta alegría. En mi caso la idea de salir a correr me mantiene motivado, pues es el método que siempre he utilizado para recargarme de energía, además de funcionarme como una pastilla mágica que me alivia del estrés cuando me siento agotado mentalmente. Ya tengo todo listo, los tenis y la ropa deportiva bien lavadita para cuando llegue el día.

Laura Tambo:

Las franjas horarias que se han establecido para las salidas a la calle a partir del sábado son el tema estrella del día. Algunos ya se han visto pedaleando sus bicicletas o encima de sus patines. Hasta mi hermana, que no los tiene. Pero a mí no me hace falta más que un paseo por el mundo exterior para revitalizarme. La desgana ya se ha empezado a apoderar de mi cuerpo y parece que ha cogido postura, porque también se está adueñando de todas mis ganas. Mientras tanto, la economía se sigue hundiendo a un ritmo vertiginoso. El PIB ha caído un 5,2% entre los meses de enero y marzo, la mayor caída en casi un siglo. Esta no entiende de fases ni desescaladas. Justo ahora, a pocos meses de salir al mercado laboral. Afortunados nosotros.

Luis Ramírez:

Las nubes de Bilbao están actuando muy sospechosamente los últimos días. Han vuelto a romper en llanto, no sé si de alegría o tristeza. Alguien les habrá contado que la gente comenzará a salir de sus refugios muy pronto. Lástima los días desperdiciados de sol radiante. Vuelve la ciudad a esa mala costumbre de llover cuando le da la gana. Lo peor es que dos meses de confinamiento no han sido suficientes para comprar el sustituto al paraguas que dejé olvidado quién sabe dónde. Que las nubes hagan lo que quieran, ya quisiera cualquiera tener la confianza de moverse al ritmo del viento.

Iván Benito:

España nunca ha sido un país de hacer las cosas bien desde el principio. Si hasta ganamos un Mundial perdiendo el primer partido. Por eso esta primera fase parece que tiene lagunas. No parece del todo justo la distribución de horas de salida. A mí a las 7 de la mañana me gusta llegar a casa, no salir a pasear o hacer deporte. Pero es lo que hay. Resignación. Enseguida llegará el día 25 y podré ‘volar’ en mi pueblo. Qué contenta estaba mi abuela, que a partir del sábado podrá ir al huerto sin ningún temor. A ella que se hayan suspendido las fiestas ya no le importa. A mí sí. Allí a las 7 todavía no he vuelto a casa.

Irene Echazarreta:

Logroño. Qué complicado resulta cuando parece que te aproximas a la meta y estás a punto de ganar una carrera y, de repente, en un segundo sucede algo que hace que todo se desmorone por completo y termines en último lugar. Así es como me siento hoy tras la comparecencia de Salvador Illa. En su intervención, ha establecido las condiciones para hacer deporte individual sin contacto y para dar paseos. Quizás me encuentro así porque pensaba que igual había una remota posibilidad de que dijese algo relativo a los federados y profesionales, pero parece que tendré que esperar. Mañana será el día definitivo, se publicará el ‘Boletín Oficial del Estado’ y conoceré, de una vez por todas, si podré ocuparme o no de la yegua, que es lo único que me preocupa ahora mismo.

Mikel Huerta:

Santurtzi. Día especial donde los haya. Hoy ha sido el cumpleaños de la amatxu. Pero por su ampliada rutina de heroína apenas hemos tenido tiempo de estar juntos para celebrarlo. Una referente, mi ejemplo a seguir y la persona a la que más admiro del mundo. Esa es mi madre. Tan trabajadora que, como hoy bromeábamos, nació un día antes del Día de los Trabajadores para no nacer en festivo. Sin duda, una de las mujeres más valientes que he conocido en mi vida. Ella es mi madre. Ella es mi superheroína. Zorionak ama.

Fernando González:

En México en este día se celebra a todos los niños. Recuerdo mi infancia y todos los buenos momentos que pasé e imagino que habrá sido difícil celebrar una fecha tan especial sin poder salir de casa. Durante la noche, para recordar mi infancia me envicié a Disney +, desfilaba una y otra película por la pantalla. La nueva película con Will Smith es una maravilla. Me he encontrado en la misma plataforma con una serie que relata el proceso creativo de los parques de Disneyland. En estos días comenzaré a verla, pero con solo el trailer ya te emocionas y te causa impresión por la forma en la que hacen las cosas.

Como dato curioso, Disneyland Anaheim, en California solo ha cerrado tres días en toda su historia. Únicamente prohibió la asistencia tras el asesinato de John F. Kennedy, también luego de un terremoto que azotó a California y el más reciente el 11 de septiembre, el día que EE UU sufría distintos ataques terroristas. Pero en tiempos de pandemia las cosas han cambiado, el parque diseñado por Walt Disney se mantiene cerrado desde el 13 de marzo.

A mí me parece que en un futuro, Disney + se convertirá en una plataforma potente y que podría desbancar a Netflix del trono del streaming.

Oihane Irazu:

Una petición al creador del parchís online: por favor, elimina el juego. La enganchada que llevan Javi y Karen al parchís roza la ludopatía. Y no es broma. Después de insistir han dejado de jugar y hemos vuelto a conversar por Skype como personas normales.

Por otra parte… «No, no me lo imagino y no lo quiero», decía un párroco en ETB 2 en el informativo de la noche cuando el reportero le decía que no podría abrazar ni acercarse a los presentes en la iglesia cuando se reanude la actividad en las mismas. ¿De verdad te quejas de ‘no poder abrazar’? ¿De verdad? Me parece un chiste esto. Bastante que os han dejado abrir las iglesias antes que dejar ir a alguien a otra provincia a ver a su madre. O incluso antes de dejarme a mi bajar al parque con mi toalla a tomar el sol.

Y no escribo más porque el tema Iglesia saca lo peor de mí. Para religión, el Athletic, y para Dios, Aduriz.

Alba Rodríguez:

Deusto. Menos mal que ha llegado mayo y la gente por fin dejará de cantar ‘¿Quién me ha robado el mes de abril?’. Y mira que me gusta Joaquín Sabina, pero cuando nos da por una cosa, nos ponemos de un intenso… Y de ‘Resistiré’ mejor ni hablar, porque nosotras ya casi ni la bailamos al salir al balcón a las ocho. Ahora ya solo bailamos, no aplaudimos. Algunos de mis amigos trabajan en el sector sanitario y me han hablado del tema de los aplausos, de cómo están intentando que se acabe con ellos y que se tomen en su lugar medidas reales para ayudarles en la ardua tarea que es luchar contra el coronavirus. Así que nosotras salimos al balcón y mientras nuestros vecinos participan en el ya rutinario ritual nos quedamos de pie, mirando en protesta silenciosa. Creo que incluso debemos parecer bordes o desconsideradas, pero ese aplauso dejó de ser por los sanitarios y pasó a ser para nosotros mismos hace bastante tiempo.

Paula Soroeta:

Hace tiempo que perdí la cuenta de en qué día vivimos; cuando hoy me he enterado de que pasado mañana es el día en el que podemos salir a andar no me lo podía creer. Pasado mañana PASADO MAÑANA, es que es muy fuerte. Eso sí, desde mi ignorancia no entiendo el motivo de esos horarios. Quiero decir, entiendo por supuesto que haya un horario pero ¿por qué no ponen uno para los adultos por la tarde? ¿Por qué de 6 a 10 y de 20 a 23 y los niños de 12 a 19? Imagino que tendrá alguna explicación pero la desconozco. Ánimo a todos, ya queda menos !

Javier Cuesta:

Hoy hemos cenado pizza en casa y yo, que ando sensible, no he podido evitar acordarme de aquellos jueves en el Máster. Tras doce horas redactando, agobiados y con el cansancio comenzando a nublarnos el juicio, por fin salíamos al aire libre. Para celebrarlo solíamos ir a cenar al Telepizza, si es que no nos confundíamos de número, pero te queremos igual Irene. Lo bueno de que a partir del sábado podamos salir a dar un paseo es que ya hemos comenzado a trazar rutas por las que podremos saludarnos desde la distancia. Al menos nos podremos ver en persona y no a través de una pantalla. No os miento si digo que estoy nervioso.

Pedro Ontoso:

Hoy he conocido a mis nuevos vecinos, Mertxe y Patxi, una pareja que parece encantadora. La familia anterior puso la casa en venta, cuando sus dos hijos abandonaron el nido y ellos se hicieron un poco mayores. La verdad es que por aquí paraban poco. Pasaban largas temporadas en Andalucía y ahora se han afincado en Huelva. Hace unos días me llamó Jose, el marido, para decirme que ya habían firmado la compraventa y que tardarán en venir, y menos ahora tal y como están las cosas. Paseos, gambas y fino, esa es la hoja de ruta que siguen cada día en las arenas blancas y suaves de Ayamonte. Pierdo unos vecinos y gano otros. Los nuevos todavía no se han instalado y parece que no tienen prisa. Aparecen de vez en cuando, ayer con una botella de vino para celebrarlo en pareja. Tienen tres hijas adolescentes, de las que he conocido a una. Los vecinos son como el sorteo de la lotería, así que espero que nos sonría la suerte y sea el comienzo de una larga amistad. De momento, nos hemos comunicado de ventana a ventana y de puerta a puerta en cumplimiento de la escrupulosa distancia social. Hay gente que se la pasa por el forro. He tenido que ir al supermercado y he vuelto a ver que muchos no se toman en serio lo del virus. Con la ‘desescalada’, no pocos se creen que esto ya se ha acabado. Prefiero cambiar el chip. Mi hija Elisabeth nos recomienda una película que no habíamos visto: ‘Un pequeño favor’. Me gustó. Es una historia de amistad femenina con muchos ingredientes de comedia y suspense. Amistad y suspense, dos incógnitas con los nuevos vecinos.

César Coca:

El miércoles por la tarde hice una larga entrevista. Telefónica, claro. Hemos comentado muchas veces Pedro y yo el problema de los títulos en una entrevista. Mientras estás escuchando tienes que ser consciente de lo que te sirve para título y lo que no. Hay conversaciones interesantísimas pero en las que todas las respuestas son tan largas y matizadas que no hay ninguna con la contundencia y el contenido viables para un título. Y otras que son objetivamente menos interesantes pero tienen tres o cuatro frases llamativas y hay donde elegir.

Qué estupendo es tener una larga colección de frases que te sirvan. Creo que cualquier periodista se relame en esos casos. Aún recuerdo una entrevista hace muchos años. El entrevistado era un ensayista italiano que había escrito un libro sobre la estupidez humana. En un momento dado, la conversación derivó hacia la religión y me dijo: «Definitivamente, Dios es imbécil». Le miré y le di las gracias. ¿Por qué?, me dijo. Porque creo que nadie me dará jamás un título tan radical y atractivo (¿cómo no leer una entrevista que vaya encabezada así?) como el que me acaba de proporcionar, le contesté.

Hay entrevistados a quienes conozco de ocasiones anteriores y sé que no me van a faltar los títulos. Muchas veces son gente que procede del periodismo y conoce bien las claves del género. Arturo Pérez-Reverte es uno de ellos. Con él nunca hay problema para titular. La que hice el miércoles y he transcrito hoy es con un personaje que también ha sido periodista –y muchísimas cosas más–, y se nota. Hacía tiempo que nadie me daba títulos tan cañeros.

Artículo del Diario de cuarentena publicado por los alumnos del Máster de Periodismo 2019-2020 y sus profesores de Producción Informativa.

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