Diario de cuarentena: Sábado 16 de mayo de 2020

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Pablo Ariza:

– Jesús Quintero: El señor Bush ha dicho que van a coger seguro a Bin Laden.
– Julio Anguita: Bueno –risa de ambos–, yo creo que él está cumpliendo con un proyecto, Bin Laden es hijo del señor Bush.

Julio Anguita (1941-2020) fue a ‘El loco de la colina’, presentado por Jesús Quintero hace 14 años. Allí habló de todo y dejó un diálogo memorable con ‘El loco’. La entrevista está en Youtube por si quieren verla. Se va un buen hombre, al que admiraban adeptos y detractores. Que la tierra le sea leve, señor Anguita.

Karen Pinto:

«Probablemente las páginas del suplemento que EL CORREO publicará mañana serán las más recortadas de su historia. Aquellos pedacitos de papel periódico simbolizarán la despedida que los familiares no les pudieron dar a sus seres queridos a causa de la pandemia. Mañana se cuentan vidas, no cifras». Este ha sido mi tuit de hoy. Me he imaginado a los familiares de las víctimas recortando las columnas sobre sus madres, abuelos, hijas, tíos, hermanas y esposos. Algunos las guardarán, otros, quizá, las enmarquen o las peguen en sus paredes, otros les tomarán fotos y las publicarán en redes sociales… Quién sabe. Lo cierto es que muchos sentirán nostalgia al palpar ese adiós público, pero a la vez íntimo, a las personas que amarán por siempre. Y al mismo tiempo, quizá, sientan un alivio porque esas palabras, que ellos mismos expresaron llorando desde el fondo de su alma, representan los abrazos que no pudieron dar. Y si hemos ayudado a que eso pase, es más que suficiente para mí. Gracias.

Cirilo Dávila:

Cuando estuve con Julio Anguita en la primavera de 2001, la representación de Izquierda Unida en Euskadi (Ezker Batua-Berdeak) debatía si entrar o no en el Gobierno vasco con el entonces lehendakari, Juan José Ibarretxe. Era la primera vez que los comunistas acariciaban tocar poder tras décadas a la sombra.

En este contexto le entrevisté en Madrid. Me encontré a un hombre que mantenía un estilo de vida austero y una cabeza muy bien amueblada. No descubro nada con ello, pero sí aporto algo si digo que apoyaba el ingreso de Javier Madrazo en el Ejecutivo vasco. Y lo deseaba «para hacer cosas desde dentro, tras estar tantos años a la intemperie», me dejó bien claro aquella mañana. Sus asesores me concedieron una hora y él me regaló dos.

Un tiempo que resultó ser como un pacto de caballeros, en un tácito ‘quid pro quo’: él contestaba a mis preguntas y yo intentaba saciar su curiosidad por conocer el análisis de un periodista vasco de la situación en Euskadi. Su formación docente le llevaba a escuchar para luego enjuiciar. «A los políticos nos pagan para pensar, no para hablar». Sus formas eran suaves, pero inflexible en el fondo.

Era partidario de que Madrazo fuera consejero, como así fue a la postre, aunque reconocía el vértigo que suponía dar ese paso mientras ETA siguiera matando, tal y como ocurrió durante diez años más. «No sé si lo entenderán en el resto de España», mascullaba este hijo de suboficial del Ejército.

Nunca más coincidí con él, aunque quienes mejor le conocen me dijeron que la muerte de su hijo, enviado como periodista a la guerra de Irak, le dejó tocado de por vida. Hoy, al conocer su muerte, he querido rendirle este pequeño homenaje a un hombre que, coincidieras o no con sus ideas, era consecuente con ellas. Una virtud que visto el panorama político actual resulta como una especie en vías de extinción.

Berta Pontes:

Valladolid. Hoy hemos pasado el día haciendo diademas y la publi de ellas. Ha sido divertido y por lo menos hemos hecho algo diferente. Por la noche , a eso de las 9, he ido al parque de perros y Ónix es feliz, me encanta verlo correr y disfrutar. Lo necesitaba el pobre. Acostumbrado a correr dos horas todos los días llevaba más de dos meses sin ejercitarse y ahora tiene que volver a ponerse en forma.

Nos toca estar otra semana más en fase 0, pero prefiero eso a tener que retroceder en unos meses y que nos encierren de nuevo. La gestión de esta crisis en Castilla y León está siendo muy buena. Se han puesto de acuerdo el Gobierno y la oposición, no digo más, y se apoyan. Como debería ser en el resto de España. Ah, recordar que CyL existe y que no solo Madrid sigue en fase 0. Pero, como siempre, somos la España vaciada y silenciada.

Gorka Seco:

Día de sábado. De esos que apetece descansar y no tener demasiadas obligaciones. Pero bueno, algo se ha hecho. Tampoco ha faltado la ración de deporte. Ni el paseo, claro. El de ayer me dejó cansadisimo. Será, seguramente, por aquello de que no estoy acostumbrado a andar ni cinco minutos seguidos.

La vuelta a la normalidad tendrá que tener también ingredientes de esos, supongo. Cosas a las que estábamos muy acostumbrados a hacer y que hemos dejado de practicar, habría que volver a cogerles el punto.

Ana Gil:

Ha fallecido Julio Anguita. Recuerdo que descubrí sus discursos y conferencias cuando empecé a interesarme por la política en la adolescencia. Era un ejemplo de coherencia e integridad. Su forma de hacer política era respetuosa, tenía un bagaje cultural increíble y su prioridad era defender al pueblo, los trabajadores y los más vulnerables. Era querido hasta por personas que se situaban en las antípodas ideológicas. Ya no quedan referentes así en la política. Ahora triunfan los gritos, la demagogia y el escándalo. Solo hace falta encender la tele para ver en qué se ha convertido la política. Dan igual los colores.

Se va un servidor público que luchó por una sociedad libre y con pensamiento crítico. Que la tierra te sea leve.

Pablo Sáenz:

La cena ha derrocado a la reina de mis comidas favoritas: la merienda. Desde que salgo a correr, la cena se ha convertido en mi momento más esperado del día. Llego exhausto y, tras una ducha de agua fría, no hay nada que más me satisfaga que una buena cena. De primero, caldo de pollo casero acompañado de una ensalada de lechuga, atún, cebolla roja y mango. De segundo plato, un par de filetes de pollo acompañados de unos pimientos del padrón –unos pican y otros no–. Y de postre, un cuenco de yogur natural con plátano, galleta y miel, además de una pieza de pera fresquita ¡Qué delicia! Hoy casi me caían las lágrimas degustando cada plato. Qué feliz me hace comer. Por cierto, empiezo a notar los beneficios y los resultados de mi rutina deportiva.

Franklyn Amaya:

Ha sido un día bastante entretenido, y no lo digo por las compras en el supermercado o el típico paseo en las tardes por el Parque Europa, sino por recibir nuevamente la llamada de varios de mis compañeros de equipo de la Universidad. Al parecer, este confinamiento ha provocado que nos volvamos a juntar, de hecho hasta quedamos en realizar un partido de fútbol en el pueblo de uno de ellos una vez finalice todo esto. Por supuesto les he pedido que me esperen hasta que regrese a Honduras. La verdad. no lo creo, porque no me aseguraron nada los ‘condenados’ hahahaha.

Laura Tambo:

Hace exactamente un año celebrábamos la confirmación de mi hermana. Es uno de esos días especiales que sabes que lo recordarás el resto de tu vida. Yo solo rezaba para que no lloviese más. Me ha entrado la nostalgia. Estábamos la familia entera. Mi abuelo fue el padrino. No podría haber elegido a alguien mejor.

Mientras veía las fotos me ha invadido una sensación de incertidumbre que hasta ahora no había experimentado. Normalmente, me vienen pensamientos sobre lo que ocurrirá mañana, la próxima semana o los meses de verano. Pero no voy más allá. Sin embargo, echo la vista atrás, y pienso cómo jamás habríamos podido imaginar la vida ahora. La habría proyectado de muchas maneras, pero os aseguro que así, no. Ahora pienso. ¿Cómo serán nuestras vidas después de la pandemia? Y no me refiero a un periodo a corto plazo.

Luis Ramírez:

La música es el museo por excelencia de los recuerdos y las emociones. Las melodías y letras te transportan en segundos a un momento, feliz o triste, que has vivido. Se convierte en un retrato de las personas que dejamos de ver. Como cuando escucho cualquier canción de Ana Gabriel, de inmediato me veo en la cocina de mi casa viendo a mami haciendo sus quehaceres, amenizados con una radio de antena. O cuando caigo nuevamente en la versión salsa de ‘Vuela muy alto’, automáticamente me convierto en el copiloto de Nati (con Fer, Vero y Esteban en el asiento de atrás) en el último paseo que dimos antes de mi llegada a Bilbao. Y para no dejar de mencionar a Ana I, con cualquiera de Bomba Estéreo revisito una reunión en el aparta de Zapote. A veces reaparece Passion Pit, Kings of Leon o CocoRosie, y de repente estoy caminando entre Letras y Sociales de la UCR. Y que no escuche una marimba porque las lágrimas buscan la salida. Justo en el momento en el que estoy escribiendo este diario me salta ‘L.I.F.E.G.O.E.S.O.N’ de Noah and the Whale. Ahí va, una más para el ‘soundtrack’ del confinamiento.

Iván Benito:

A las 15:15 pongo el Dortmund-Schalke. No juega Jadon Sancho, primera decepción. A las 15:30 arranca el partido. Busco a Gio Reyna, pero se ha lesionado calentando. A las 15:37 Daniel Caligiuri tira una falta a la barrera. Mi hermana se levanta del sofá y se va. Yo aguanto. A las 15:59 marca Haaland. Lo único que no ha cambiado. A mí lo de que un beso entre compañeros sea noticia me retrotrae a otra época. El fútbol es un estado de ánimo. Ilusiona, hace creer hasta al incrédulo. Cada temporada confías en que tu equipo va a ascender, a ganar la Copa, a jugar en Europa. Ha fichado un mediocentro que promete ser una bomba. No da cuatro pases el primer día. Serán los nervios, piensas. En el mercado de invierno se le da la baja. La temporada ha sido un fracaso, pero llega el verano y te vuelves a ilusionar. A este mundo me quiero dedicar, el único que me hace creer. El periodismo que llena la calle Núñez de Balboa para dar voz a 33 banderas y 47 cazuelas no me interesa. Se les ha espoleado, como se hizo con Vox, y ahora quién sabe qué va a pasar.

Irene Echazarreta:

Logroño. El insomnio y el olvido hacen que esté escribiendo estas líneas a altas horas de la madrugada. El tiempo me hace pensar sobre cada momento acontecido y sobre cada pequeño momento vivido. Aquí todo importa. Cada pequeño gesto suma o resta. Y qué pena cuando comienzan las decepciones o los bajones cuando algo no nos gusta. Entonces solo quedará recomponerse. En pedazos. Muy despacio.

Mikel Huerta:

Santurtzi. Hoy ha sido uno de esos días que se echaban mucho de menos de la época pre-Covid. Sábado de fútbol junto al aita como en los viejos tiempos. Y es que el fútbol ha vuelto en Alemania. Desde la mañana he estado viendo rodar un balón con la segunda división alemana en uno de esos tantos canales extranjeros que hay en Movistar. Los comentarios eran en alemán pero bueno el lenguaje del fútbol es internacional. Por la tarde carrusel de la Bundesliga alemana. Desde las 15:30 hasta las 20:30 he estado en el ‘búnker’ de mi aita, como él llama al salón. Que no era tan búnker sin el fútbol. Se echaba de menos aunque la vuelta ha sido un poco extraña. Es curioso ver cómo celebran un gol a distancia pero en la barrera de una falta están en contacto. Pero bueno, sea como sea, el fútbol de gran nivel ha vuelto. Día feliz después de tanto tiempo. Sinceramente, qué diferente habría sido la cuarentena con él.

Fernando González:

Los días empiezan a consumirse más rápido. La cuarentena está llegando a su fin y se hace notar en el ánimo de todas las personas. Aquí, en el piso, se respira un ambiente diferente, más alegre y optimista. Sin duda, esas son buenas noticias.

Volvió el fútbol profesional y es una alegría inmensa comenzar a devorar de nuevo partidos de fútbol. Por un minuto olvidé que volvía la Bundesliga. Pero mi reloj cumplió su función y me avisó cuando se conocieron las alineaciones del Borussia Dortmund y Schalke 04. ¡Qué partido para la vuelta del fútbol! Ver el Signal Iduna Park sin público fue una sensación muy extraña, supongo que nos tendremos que acostumbrar a esto. Puede ser que, en lo que resta del año no podamos asistir a un estadio de fútbol.

Y con esta incertidumbre me gustaría lanzar la siguiente pregunta: ¿se puede jugar, ver y disfrutar del fútbol sin los aficionados presentes? ¿Cuánto soportaremos sin poder ir a una cancha?

Oihane Irazu:

Hoy ha sido un sábado casi parecido a un sábado de los de antes (con la condición de estar en casa a las 23:00). Una mañana tranquila en casa haciendo cosas del periódico, y por la tarde, gintonic, cervezas y buen rato con Inés y Javi. Esto de confinamiento ya tiene poco.

Alba Rodríguez:

Deusto. BTS. Son las únicas letras que estoy viendo estos días: BTS. Por si no los conocéis, BTS es un grupo de música coreano formado por siete chiquillos con los que mi amiga y compañera de piso Elena está obsesionada. ¿Elena está escuchando música? Es BTS. ¿Elena se está viendo un documental? Uno sobre el grupo de k-pop seguro. ¿Elena está mirando instagram? Creo que os hacéis una idea de quién son las fotos y vídeos a las que les da ‘me gusta’ tras ‘me gusta’. Lo malo es que no me puedo quejar porque fui yo quien le puso su primera canción de la banda cuando volví de Corea, pero la obsesión está llegando a su punto álgido durante la cuarentena. El encierro nos ha hecho mucho mal a todos y mi amiga no ha sido una excepción. Por lo menos ahora quiere apuntarse a hacer un viaje a Seúl, algo que yo llevo sugiriendo desde que volví del intercambio. Espero que la ‘obsesión’ dure lo suficiente como para que vayamos juntas. Ya lo de su idea de ir a un concierto lo hablaremos más adelante.

Paula Soroeta:

Otro día que se me pasa volando. Hoy mis padres han ido a tomar una caña con unos amigos de siempre, volvemos a nuestra vida de antes poco a poco. Mi día ha consistido en descansar y estar con mis padres. Mañana por fin veo a mis amigos, qué ganas.

También mañana publicamos el especial por las víctimas del coronavirus, un trabajo lleno de humanidad y corazón.

Javier Cuesta:

Hoy he vuelto a ver a Oihane. He estado a punto de no salir, pero al ser sábado me he animado y he terminado bajando al Casco Viejo a tomar algo. Yo que pensaba llegar y tener una mesa esperando, pues llevaba varias horas con una amiga por allí, llego y me encuentro con que están esperando una cola. Oihane tenía alguna esperanza de que se librara una mesa pronto, pero cuando se acercaban las nueve ha entrado en razón. Así que hemos terminado dando un paseo por la zona. Lo que había por el lugar me ha sorprendido, estaba lleno de gente sentada en bancos por todos lados. Lo gracioso es que mantenían mejor la distancia de seguridad que los afortunados de las terrazas. Pero claro, no hay que pagar por sentarse en un banco.

Pedro Ontoso:

De repente, parecía que habíamos vuelto a la situación anterior al estado de alarma y que todo había sido una amarga pesadilla. El chiringuito de la playa de Arrigunaga, abierto y abarrotado. La cafetería del Cubitas, a la sombra del molino de Aixerrota, de bote en bote y con cola para pillar una mesa. Pero no. Las patrullas de la Ertzaintza nos han devuelto a la realidad cuando se han acercado para poner orden porque aquello parecía el camarote de los hermanos Marx. Son dos de mis lugares favoritos para tomar una cerveza, pero hoy era una misión imposible. Y no solo eso. Era una misión temeraria, porque casi nadie cumplía la normativa. Nada de guantes ni mascarillas, nada de distancias, proliferación de grupos… Me ha dado mucha pena, pero también mucha rabia. Y la mayoría eran chavales jóvenes, a los que no quiero demonizar porque me encuentro muy a gusto entre ellos. Me ponen las pilas. Pero en esta dramática situación (el bicho sigue estando ahí y son más de 27.000 muertos) su actitud me parece muy inconsciente. Como siga esto así puede ser una generación huérfana, por no hablar de la gravísima recesión económica que viene. Hay mucha gente que está pidiendo ayuda para comer. Somos ya una sociedad magullada y desconfiada, golpeada por algo que no ha buscado. Y esta sociedad necesita de su generosidad, de su imaginación, de su energía. El virus no elige a sus víctimas. Para reconstruir una sociedad mejor, para ese nuevo Green New Deal, el mundo necesita de la sabiduría de los mayores, pero también requiere el fluido vital de los jóvenes. Savia joven. Vamos a cuidarnos todos.

César Coca:

Paseo mañanero, recopilar este diario, escribir un par de cosas y luego ya, descanso. Por la tarde he leído casi completo un libro de Camilleri (más bien corto, como todos los suyos) y he terminado el día con un clásico del cine: ‘Chinatown’. Qué gran película. Ha sido uno de los mejores sábados del confinamiento.

Artículo del Diario de cuarentena publicado por los alumnos del Máster de Periodismo 2019-2020 y sus profesores de Producción Informativa.

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