Diario de cuarentena: Sábado 25 de abril de 2020

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Pablo Ariza:

Hablando por teléfono con mi abuelo a mediodía me comentó que mi tío José le había llevado el periódico. «Hoy he estado casi tres horas con el ‘Sur’, todos los encabezados parecían interesantes y digo puñetas esto lo tengo que leer, esto también y esto». Cuando llegó a la sección de Deportes ya decidió saltar hasta el final. Lo siento, solo soy el mensajero. Ahí queda el homenaje a los que hacen prensa en papel para los que por circunstancias generacionales no se han adaptado a lo digital. Hace tiempo que confirmé que ‘Friends’ es de las mejores desconexiones que me ha dado la cuarentena. Ahora también es un cable invisible que me une a Bilbao durante dos o tres capítulos, según el día. Por fin nos hemos reunido los cinco amigos que más tiempo nos pasamos conectados a través de ‘Telegram’. Confinados en Torrox, Villanueva del Rosario, Málaga, Antequera y Bradford hemos intentado hacer un podcast (nuestro grupo lleva semanas llamándose ‘Hoy, el podcast’) que no salió como esperábamos. A la vez, el presidente Sánchez anunciaba que a partir del día 2 de mayo es posible que podamos salir a hacer deporte. Disculpen, pero prefiero quedarme con la parte en la que dijo que también podríamos salir a pasear. Por cierto, el 30 se conocerán los ganadores del concurso de relatos eróticos.

Karen Pinto:

‘After life’, así se llama la serie que he empezado a ver hoy. Suelo ser muy selectiva con las series, porque siento que no quiero perder mi tiempo. Pero esta serie es fantástica, no solo técnicamente, sino que logra una sutil mezcla entre lo cómico y la melancolía. Enseña cómo vivir una vida normal, cómo sobrellevar los fracasos. Es un guion de reflexiones, humor irreverente y valores. Y de amor. Pero, sobre todo, es una serie que evidencia la necesaria fortaleza para salir adelante pese a las adversidades, como la que tiene Tony –o, más bien, la que no tiene–, después de que su esposa falleciera por un cáncer de seno. Su vida sin sentido se desarrolla en un ambiente absurdo, plagado de ironías y problemas cotidianos, y de una serie de coincidencias desastrosas. Y todo eso, en medio de sus numerosos intentos de suicidio. Me ha sacado varias risas y un par de lágrimas. Así que este día me ha gustado mucho porque he desconectado. Ha sido simple, pero me ha encantado. Al mediodía he salido de compras y, al regreso, he tenido una cita con Alba y Javi para jugar un parchís. El par de condenados se han aliado para matarme. Y lo han conseguido. Pero me he divertido.

Y más tarde he hablado con mis seres amados. Hoy me lo he tomado para mí misma, para descansar de la actualidad y de la incertidumbre. Y ahora me dispongo a leer antes de dormir.

Cirilo Dávila:

Un día, sin previo aviso, Álvaro Saiz entró en mi despacho para exponerme su última idea. Desde que le conozco, y ya son unos cuantos años, este joven galdakoztarra respira solidaridad por todos sus poros. Aquella mañana no iba a ser diferente. Me detalló su proyecto para mitigar el despilfarro alimentario porque desperdiciamos alrededor de un 18% de los alimentos que compramos. Tras la exposición, me preguntó como el colegial que se examina: «¿Qué te parece?» Solo me faltó aplaudir con las orejas. Corría el año 2015 y así nacía la nevera solidaria.

A estas alturas, este proyecto se ha extendido a una veintena de localidades españolas y ha sido nominado a los Premios GoODS de Naciones Unidas. Gira alrededor de una nevera ubicada en vía pública, donde restaurantes y particulares depositan comida en buen estado y que no ha sido consumida. Del mismo modo, quien así lo desee puede retirar de lo que hay, lo que necesite.

Hemos recordado juntos en más de una ocasión aquellos inicios y su deriva exitosa. Así es como este joven ha ido implicándose en diferentes iniciativas con su asociación GBGE. Recuerdo que cuando propuso el reparto de alimentos a personas vulnerables descolocó a una burócrata que, desconfiada, le preguntó: «¿Por qué quieres hacerlo?». Y él, con su lógica aplastante, le contestó «¿Y por qué no?» Fin de la discusión.

Hoy me ha enviado un vídeo de la desinfección de vehículos que están llevando a cabo a la entrada de Galdakao. Este hombre no para de darle al magín. Tanto que no sé si aún le queda pendiente la luna de miel tras casarse por el rito mongol cerca de Ulan Bator. En esta crisis hay mucha gente que piensa en global y actúa en local. Este es mi modesto homenaje a quienes, como él, siempre están ahí.

Berta Pontes:

Valladolid. Séptimo sábado en casa. Séptimo sábado sin salir de fiesta. Hacía días que no pensaba en lo que echaba de menos y hoy, hablando con unos amigos, hemos recordado lo mucho que nos hace falta salir de fiesta. Arreglarse, pensar qué ponerse, quedar a una hora y que cada uno llegue a la que quiere, beber en una casa y salir a eso de las tres de la madrugada a continuar la fiesta en una discoteca. Luego, tras bailar y reír, acabar tomado un pincho de tortilla y una última caña mientras vemos salir el sol en la Plaza Mayor. Aunque hoy no habría sido buen sábado para salir porque se ha tirado toda la tarde diluviando. Sí, en Valladolid somos de secano y nos cuesta salir cuando llueve.

Gorka Seco:

Hoy he vuelto a empezar un proyecto musical de los míos. Ya hice uno hace unas tres semanas, aproximadamente, y me han vuelto a entrar ganas de empezar con otro. No, no penséis que soy yo cantando o algo por el estilo. Se trata de algo más sencillo y complejo al mismo tiempo.

Se llaman Mashups. Consiste en crear o coger una base de una canción. Una instrumental. Y ponerle voz con otras canciones. Para ello, primero hay que conseguir las ‘acapellas’, cosa que no es nada fácil. Y después viene algo mucho más complejo, hay que conseguir encajar cada ‘acapella’ con el tono y ritmo de la instrumental.

No resulta nada sencillo, y para este tipo de ejercicios musicales no vale cualquier ‘acapella’. Hay que ir probando e ir viendo cuáles sirven y cuáles no. Aunque a veces se puede forzar… Pero, en algunos casos, el resultado no es tan natural.

Ana Gil:

Hace 75 años la resistencia partisana doblegó al fascismo. Hoy se conmemora el día de la liberación italiana y la expulsión del nazismo. Esta vez, el ‘Bella Ciao’ suena desde los balcones. Todos la conoceréis, es la canción de moda de Netflix. Pero no, hay mucho más detrás. No me malinterpreten, me encanta ‘La Casa de Papel’, pero es un himno partisano, antifascista. No hay que olvidar de dónde vienen las cosas. Recuerdo que hace dos años celebraba en mi querida Bolonia el 25 de abril. Los pórticos y las fachadas anaranjadas se llenaban de banderas y música para conmemorar este día tan importante para la democracia. Qué curioso, allí las banderas se sacan en contra de la represión y aquí parece que utilizamos nuestros símbolos para ensalzar todo lo malo. Para reflexionar. También es el aniversario de la Revolución de los Claveles que terminó con la dictadura de Portugal en 1974. Un canto a la libertad en pleno confinamiento. Cuanto menos, paradójico.

Pablo Sáenz:

Una cobertura informativa elaborada por ‘El Confidencial’ habla sobre el impacto de la crisis venidera en España. Según lo leído, el tejido económico de las distintas CC AA será determinante para afrontar la recesión económica. El norte, basado en la industria, la producción diversificada y la demanda interna, saldrá a flote antes que el sur, que depende de las ganancias del turismo, la hostelería y la construcción (los tres sectores más débiles ante una situación inestabilidad económica). Al parecer La Rioja y Gipuzkoa –entre otras regiones vecinas– serán las provincias mejor paradas tras la recesión. Mirando por los míos, me produce cierto sosiego leer esas líneas. Una cosa está clara, vienen años duros e inciertos en los que la soga apretará en los hogares españoles.

Franklyn Amaya:

Qué alegría da saber que se está llegando al final del oscuro túnel, tras pasar tantos días de confinamiento. El primer paso será la salida de los niños, aunque sea por una hora al día, que bien por por todos ellos, pues son los que más estaban sufriendo a causa de este encierro. Pronto tendremos la oportunidad todos los demás de poder salir a estirar las piernas y tomar un poco de sol libremente en cualquiera de los parques. Ya solo es cuestión de tener un poco más de paciencia, ya casi superamos esta dura prueba.

Laura Tambo:

Tanto anunciar la nueva serie de ‘Unorthodox’ por activa y por pasiva, he dejado de lado la que tenía entre manos para conocer la historia de Deborah Feldman. La mayoría de vosotros ya la habréis visto, porque ha batido el récord de visualizaciones en Netflix en apenas una semana, pero, para los que aún no saben de qué trata, os lo resumiré muy brevemente. La historia que se narra es la de una mujer judía ortodoxa que abandona su comunidad y su matrimonio en Nueva York para trasladarse a Berlín y comenzar una vida nueva desde cero. Aún me falta el capítulo final, para ponerle el broche de oro, pero confío en que la última parte no me va a decepcionar. Ahora a descansar, que mañana recordaremos el ruido olvidado de los niños y sus chillidos por las calles. A mí no sé si me reconfortará o me invadirán las ganas de sacar la manguera por la ventana para refrescarles cómo estamos.

Luis Ramírez:

¿Qué les podré contar de la visita al supermercado que alguno no conozca? Esta vez fui más inteligente y me llevé los audífonos para poder escuchar un ‘podcast’ mientras esperaba que la fila avanzara. Hoy ha ido más lenta que de costumbre. Una adulta mayor desde uno de los apartamentos de enfrente se entretenía viendo la pasarela que mostraba las últimas tendencias en mascarillas y guantes de látex. Llevaba en mente no olvidarme de comprar helado como la vez anterior, no sé cómo sobreviví dos semanas así. Lo malo es que destiné tantas energías a dicha tarea que olvidé la prestobarba para quitarme el puño de vellos faciales que tratan de emular una barba. Seguiré con look de cuarentena, qué se le va a hacer.

Iván Benito:

Apunto otra de las cosas complicadas de la cuarentena: ser coherente. A lo largo del día, puedo llegar a cambiar varias veces de opinión, algo que nunca había experimentado. Siempre he sido de los cabezotas, pero ahora es diferente. Pienso que ahora la única prioridad es el coronavirus, pero me motiva imaginarme que mañana mismo cojo un avión y me voy a Eslovenia. O en lo que va a pasar cuando vuelvan las competiciones deportivas.

Me parece pronto que mañana salgan los niños, pero celebro que el 2 de mayo pueda salir a hacer deporte. Incluso me parece poco premio, quiero irme al pueblo unos días. Empezamos a ver la luz, pero lo del pueblo tendrá que esperar. Esta mañana he comprobado que mi coche no arranca…

Irene Echazarreta:

Logroño. Es increíble, contigo siento una felicidad constante. Día tras día. No hay momento en el que no termine sonriendo tras hablar o estar contigo. Me cuidas como nadie, y eso se nota. Lo agradezco e intento que sea recíproco. Por eso discrepo de quienes piensan que la ilusión de una relación desaparece tras los primeros cuatro meses. Pues no. Contigo no. Ya son casi dos años y medio y continuamos con la misma ilusión. No sé si será magia o será que nosotros hacemos buena combinación, pero tengo claro que cada día que pasa me siento más orgullosa de estar a tu lado. Solo puedo decirte gracias. Y una cosa más, que cada día que pasa te quiero más que el anterior.

Mikel Huerta:

Santurtzi. La rutina de la cuarentena sigue haciendo efecto y los días pasan rápido. Ir al supermercado o bajar la basura son actividades que han cogido mucho peso en esta nueva vida. El deporte también se ha vuelto imprescindible. Quizás junto a las cosas del Máster es lo que más se asemeja a la rutina pre-Covid. Además eso de que podamos a salir a hacer deporte en unos días, subidón. Todo depende de los datos, y ya sabemos lo traicionero que es este virus, pero bueno, no quiero ser gafe. Un día más, un día menos.

Fernando González:

Los días transcurren. Parece que al fin, se está doblegando a la enfermedad y en una semana se podrá salir un poco más a la calle. Ahora viene el momento de demostrar lo capaces que somos para tomar las medidas de prevención, hacer caso a las autoridades y de actuar con responsabilidad una vez que el estado de alarma se termine. Lo más importante es que las cifras de afectados por coronavirus y los que han perdido la vida sigue disminuyendo.

En el día a día, las cosas avanzan tranquilamente. Ayer volví un poco a la cocina. Preparé unas empanadas de queso de cabra y de vaca con verduras. Esta receta ya la domino. Hoy es el turno de un arroz negro. Todo un reto en la cocina, pero que seguro saldrá bueno. Si algo me ha dejado la cuarentena, sin duda es conocer un poco más de cocina. Espero que cuando volvamos a la normalidad me siga dando tiempo de cocinar.

Oihane Irazu:

Después de pasar en diciembre los peores cinco días con fiebre, anginas y placas de pus en la garganta, han vuelto a mí. Ayer por la tarde me subió mucho la fiebre, y después de una noche malísima se ha confirmado que el problema vuelve a ser la garganta. Así que, antibiótico, paracetamol y a descansar. Reflexiono y pienso que quitando lo horrible que es tener fiebre, creo que no hay mejor situación para tener que estar en casa que esta.

Contando los días para el 2 de mayo ir al parque Etxebarria a dar un paseo –con 2 metros de distancia–, con mi querida Laura Tambo y Javi. Ojalá sigan bajando los contagios y el sábado que viene volvamos a respirar.

Por lo demás mal, el malestar general es horrible y mi garganta parece que va a explotar.

Alba Rodríguez:

Deusto. No suelo acordarme de mis sueños. Dicen que cada noche soñamos, pero es rara la ocasión en la que al despertarme conservo los recuerdos de lo que ha pasado mientras dormía. Hoy ha sido una de esas veces. He soñado que me encontraba en medio de un apocalipsis zombie, intentando escapar de una horda de muertos vivientes con mi madre. Yo, escopeta en mano, ahuyentaba enemigos mientras ella corría hacia el coche para conducirlo y salir de allí.

Una situación bastante estresante. Pero al despertar lo que me ha llamado la atención no ha sido eso, sino que en el sueño… ¡ni yo era yo ni mi madre era mi madre! Recuerdo claramente ser un chico joven y ver a una mujer que no es mi madre pero llamarla ‘Mum’, porque además de no ser yo también nos hablamos durante todo el sueño en inglés. Algo bastante loco. Elena lo ha buscado en internet y dice que soñar con ser otra persona indica que tengo estrés y que necesito desdoblarme para poder asumir todas mis responsabilidades. La horda de zombies y hablar en inglés aún no hemos descubierto lo que significan Si alguien lo sabe que me lo diga, porque estoy bastante confundida.

Paula Soroeta:

Hoy Pedro Sánchez ha dicho que si seguimos así a partir del 2 de mayo se va a poder empezar a salir a correr y hacer ejercicio. Mi aita se ha vuelto loco, en cuanto se ha enterado ha entrado a mi cuarto a contármelo. Sin duda es un paso, por fin un poco de luz en este túnel negro. Ahora habrá que ver si lo de que salgan los niños sale bien y los datos bajan. Por eso, hasta que no se confirme del todo yo no cantaré victoria no vaya ser que después me lleve un chasco.

Mañana es el cumple de mi aita y tengo pensado preparle un postre con coco y chocolate blanco, su dulce favorito. A ver qué sale.

Javier Cuesta:

Las noticias de hoy han levantado mi estado de ánimo. La posibilidad de poder salir a pasear o a hacer deporte es, sin duda, una gran alegría que muchos, si no todos, esperábamos con tanta ansia. Por fin podremos aprovechar los soleados días que nos estaba regalando Bilbao esta primavera. Pocos años ha hecho semejante tiempo durante esta época, la vida debe de estar gastándonos una broma. Lastima que sea una de mi muy mal gusto. Pero, ahora, lo importante es centrarse en el próximo 2 de mayo. Estoy impaciente.

Pedro Ontoso:

Hoy es 25 de abril. A estas horas seguiría de fiesta en la boda del hijo de unos amigos desde la infancia, que se tuvo que aplazar por el coronavirus. Será a finales de julio. Espero. También es el aniversario de la Revolución de los Claveles, el golpe de estado de los oficiales jóvenes en Portugal contra la dictadura de Salazar en 1974. Durante todo el día he estado escuchando la canción ‘Grandola Vila Morena’, la contraseña de aquel movimiento. Se me eriza todo el vello del cuerpo. Yo ya estaba en Madrid estudiando Periodismo en la Complutense y luego empecé Ciencias Políticas en el Instituto León XIII. Compartía aula con Juan Barranco, futuro alcalde socialista de Madrid, y con Carmen, la valiente mujer del comandante Luis Otero, que viajó a Portugal a conocer a aquellos capitanes antes de fundar en España la Unión Militar Democrática, con la intención de democratizar las Fuerzas Armadas. Los ‘úmedos’ les llamábamos. Era una canción de combate. Como ‘Bella ciao’, el himno de la resistencia antifascista de los partisanos italianos contra la ocupación nazi. También se conmemora hoy el 75 aniversario de la liberación. Yo se la escuché a Quilapayún. Nosotros la cantábamos contra Franco. Hoy suena en la serie ‘La Casa de Papel’, que tanto furor ha desatado entre la gente joven. La historia se recicla.

César Coca:

Alguien me ha dicho sobre los deseos de ayer: «Todos implican viajar». Sí. Lógico, porque me gusta viajar. Creo que es el resultado de haber leído en la adolescencia tantos libros de Julio Verne que me llevaban por todos los rincones del planeta.

Entre plan y plan (espero tener tiempo para hacerlos todos… y unos cuantos más), el sábado ha transcurrido con tareas domésticas, lectura (terminando el libro de Salman Rushdie) y ya por la noche una película de esas llamadas ‘de culto’ que no había visto: ‘Mulholland Drive’ de David Lynch. Compleja, como todo su cine. Y con un final para debatir durante horas. Si alguien tiene su interpretación sobre qué sucede en las últimas escenas estaré encantado de contrastar su versión con la mía.

Artículo del Diario de cuarentena publicado por los alumnos del Máster de Periodismo 2019-2020 y sus profesores de Producción Informativa.

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