El coronavirus ha causado 30.000 víctimas mortales en las residencias de ancianos en España. En la residencia Elorduy de Barrika se decidió desde un primer momento llevar a cabo un confinamiento estricto que contempló, entre otras medidas, el aislamiento de sus dos plantas: los usuarios de ambas han estado un año sin verse. Esta y otras precauciones lograron que el número de fallecidos fuera bajo, pero puso a prueba la capacidad de resistencia de los residentes.

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