Para los veinteañeros de ahora, la palabra “crisis” define un estado de cosas sostenido en el tiempo. Son demasiado jóvenes como para recordar lo que suponía su contrario, una economía boyante.  Tras pasar una adolescencia marcada por la ruptura de la burbuja inmobiliaria de 2008, inician su odisea laboral inmersos en otra recesión. Con una tasa de paro que supera el 16%, casi un millón de trabajadores en ERTE y una bajada del PIB nacional de 11 puntos en relación al año anterior, el futuro es poco halagüeño, al menos a la corta.

 

Durante la crisis de 2008 muchos españoles viajaron a otros países menos afectados a buscar empleo. Hoy en día la situación es diferente, ya que casi todos los estados han sido castigados por la pandemia, además, las restricciones a la hora de viajar dificultan la emigración en busca de un futuro mejor. A pesar de ser la economía española la más afectada por la irrupción del nuevo virus , el PIB mundial se ha reducido en más de un 4% durante este año, según datos del Banco Mundial. Esta constituye la mayor recesión global desde el crack de 1929. Países con un control efectivo de la pandemia como Australia o nueva Zelanda han conseguido terminar el 2020 con reducciones de poco más de 1 punto respecto al año anterior. El caso más paradigmático es el de China, que siendo el primer país en padecer el virus y empezando el año con una bajada de casi 7% del PIB, ha conseguido invertir esa cifra y crecer casi 8 puntos.

 

Uno de los indicadores económicos más claros y que afecta directamente a las familias es la tasa de paro. Curiosamente la reducción del PIB no se ha visto directamente reflejada en el desempleo. La mayoría de países solo ha visto aumentada su tasa de paro entre 1 y 3 puntos respecto a 2019. Estas cifras se explican por la entrada en vigor de mecanismos de protección del empleo asimilados a los ERTES. En el caso de España, el año 2020 se cerró con 755.613 trabajadores en esta situación.

 

Como resultado de un aumento anual del 2.2%, España ha superado en un año la tasa de 16% de desempleados, solo superado por Grecia en el ámbito Europeo. Esto se debe a que nuestro país necesita crecer a más velocidad para generar el mismo empleo que otros países europeos. Además, la economía española depende del turismo en mayor medida que otros países europeos ya que este sector supone mas de un 12% del PIB nacional. La reducción casi total del turismo durante el último año ha supuesto un duro golpe. Además el turismo es un sector íntimamente ligado a otros. Al verse afectado este, se genera una caída en dominó. Por ejemplo, la facturación de la líneas aéreas depende directamente del número de turistas que deciden visitar el país.

 

A pesar de estar en estos momentos en uno de los peores momentos económicos del último año, organismos como el Fondo Monetario internacional predicen que en 2021 la cuestión mejorará, asimilándose a niveles de 2019. En concreto, según este organismo España experimentará un crecimiento de seis puntos, uno por encima de la media mundial. De los miembros del G20, India será el que tendrá el próximo año la mayor subida del producto interior bruto, del 12,6 %, que compensará en parte el batacazo del 7,4 % de 2020.

 

Algunos expertos sostienen que el crecimiento será rápido. Afirman que al haberse producido una recesión forzada por las restricciones, cuando estas desaparezcan la economía volverá a su situación anterior con brevedad. En esta línea, Enrique Marazuela, director de inversiones de BBVA afirma que “ En noviembre, coincidiendo con el anuncio de la vacuna de Pfizer, vimos un repunte importante en los mercados. Esa es la dinámica que marcará 2021”. Otro sector más pesimista considera que no es relevante si la reducción del consumo se ha producido de forma forzada o debida a flujos naturales del mercado -como la de 2008 o el crack del 29-. Consideran que cuando se permita hacer vida normal consumir , las familias no tendrán dinero para hacerlo.

 

La Unión Europea ha creado el Fondo de Recuperación Europeo, compuesto por 338 billones de euros que se entregarán a los diferentes estados miembros para paliar los efectos del Covid. Esa cantidad se repartirá en función de una serie de criterios, entre ellos, el daño que ha sufrido cada país. España recibirá 70 billones, convirtiéndose en el estado mas beneficiado por este fondo. Si se invierten de forma estratégica pueden acelerar de forma considerable el camino a la recuperación.

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